Llegué a Tacna cuando
tenía tres años, durante toda mi etapa pre escolar y escolar, mis vacaciones y
feriados largos fueron siempre en Arequipa y Mollendo. Durante mi niñez y
adolescencia, no me percataba de que en mi entorno familiar characato – loncco (castellano compuesto de
muchos barbarismos, términos propios, y algunas palabras adaptadas de la
región con influencias quechuas), el uso de palabras frecuentes que
para mí eran tan familiares, tan normales, se oían diferente en mi querida ciudad
de Tacna, pues yo hasta los diecinueve
años, pronunciaba “Tajjna” y no Tacna
(fonema /k/), como lo hablaban muchos
arequipeños asentados en esta ciudad, a muchos, les ha pasado.
Fue un amigo mío del
colegio Champagnat, tacneño e hijo de dama arequipeña, quien a manera de burla
me lo recordaba frecuentemente; me miraba y gritaba Tajjna!! luego explotaba en
risa.
El arrastre del
sonido de la “c” (/k/), es frecuente en lenguas andinas. Es un fonema
consonántico, donde el aire encuentra un obstáculo para salir al exterior
(vocales no presentan obstáculo al aire), lo mismo sucede cuando con la
“r” cuando oímos hablar al artista argentino, nacido en Santiago del Estero, el
famoso Leo Dan, con su acento cordobés, él como
muchos nacidos en los andes, tiene una forma peculiar de pronunciar la “r”; fonema
vibrante múltiple (grafía -rr-, r-). En los andes no hay
vibración para rr sino un sonido fricativo o asibilado (Bolivia,
Ecuador, interior de Perú, norte de Argentina), rshr (ʐ). Estos y otros
barbarismos son comunes en poblaciones con influencia aymara y quechua.
En relación a las vocales, la lengua
aymara solo usa la “a”, “i” y la “u”, además de la cosmovisión que personifica
la naturaleza de las cosas.
Investigaciones de
las lenguas como aymara, quechua o jaqaru (que aún se habla en la comunidad de Tupe,
en Yauyos, Lima), aluden a un lenguaje ancestral al que llaman “proto - aimara”,
posiblemente del imperio Wari; en todas
estas expresiones, existen diversas consonantes que no están en el alfabeto
hispano y que tienen sonidos más elaborados como los explosivos,
aspirados o bilabiales.
Por ejemplo, “el flujo de aire
utilizado para la producción de las consonantes no pulmonares no emana de los
pulmones, sino que viene del tracto vocal, y se crea mediante un cierre de la
glotis (abertura superior de la laringe)”, es por eso que a muchos, les parece
aberrante la forma de hablar del puneño. Esto se estudia en la clasificación
articulatoria de los sonidos
del habla.
Lo que llaman
“mote” o expresión de ideas por parte de los andinos; es porque piensan en
aymara y lo expresan en un castellano distinto, además del sonido,
tiene que ver el orden del sujeto, en presente y pasado, el sentido de
pertenencia y sus valores altiplánicos que involucran principios como la complementariedad
en sus estructuras sociales y que a veces no comparten con los “costeños”, ni
los de la ciudad con ellos.
Claro, esto no es
excusa para la informalidad, invasiones o anti higiene, pero sí para generar
juntos propuestas en mejoras educativas, de inclusión, empatía, tolerancia y de
respeto mutuo. No insultemos, aportemos para una mejor convivencia.
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